Calientes en la ducha

Es más que normal que el placer que provoca la suave caída del agua sobre nuestro cuerpo nos provoque una sensación de bienestar que suele despertar nuestro placer y deseo sexual. Si a eso le añadimos el toqueteo derivado del enjabonamiento, especialmente cuando llegamos a la entrepierna y debemos lavar a fondo nuestra verga y nuestros huevos, pues a más de uno se le calienta la zona, y el empalme es más que inevitable. En ese caso, qué mejor que conjugar el placer de la ducha con el de un buen pajote, hasta lograr que nuestro rabo dispare buenos chorros de lefa. Entre los chavales que os traigo hoy parece que es habitual que vivan semejantes experiencias cada vez que van a meterse en remojo. Nada más tocarse la polla para lavarla ésta responde con una riquísima erección, que desembocará en lo que todos sabemos... ; P ¿No os apetece daros una buena ducha? ; )