David Jones desnudo para Dylan Rosser

Dylan Rosser es un aclamado fotógrafo artístico cuyas obras y trabajos han sido requeridos por algunas de las revistas internacionales más afamadas donde la belleza del desnudo masculino tiene cabida. Con su estudio principal en Londres, los modelos más cotizados del momento han pasado frente a sus cámaras. David Jones/Adam Coussins no podía ser uno menos. El ojo de Dylan ha sabido captar la belleza del británico, mostrándolo desnudo ante el mundo entero como toda una obra de arte de la naturaleza convertida en una obra de arte de la fotografía. Para todos vosotros, David Jones desnudo para Dylan Rosser.

David Jones en blanco y negro

Una buena obra de arte no importa que se muestre sólo a color. También resulta muy grato apreciarla en blanco y negro. Un tono más clásico que en muchos casos podrá aportar una nueva visión y una manera distinta de apreciar mejor algunos rasgos. Los mejores fotógrafos lo saben, y por eso algunos de ellos han querido aprovechar que David Jones se ponía delante de sus objetivos para mostrárnoslo bajo el prisma de estos dos colores. Las sombras y la escala de tonos se aliarán para revelarnos más detalladamente la perfección anatómica del inglés, incluso en toda su desnudez. Como buena obra de arte, aquí tenéis a David Jones en blanco y negro.

    

Practicando el cock docking

Llegamos al final de la tanda y como despedida, entre tanto prepucio, os presento una técnica que, para poder llevarla a cabo, es necesaria la presencia de un prepucio en una de las dos pollas que participarán en este acto. Es el conocido como "cock docking", o lo que en castellano vendría a ser "acoplamiento de pollas". Sencillo, pero muy morboso. Juntamos los dos rabos, a poder ser erectos, uno frente al otro. Aquel que conserve el prepucio (o en caso de poseerlo los dos elegimos una de las dos vergas), tirará del mismo hacia fuera para lograr que entre su glande y el orificio del capuchón quede un hueco. Dentro del mismo intentaremos encajar el capullo del otro maromo, de tal manera que los dos glandes queden dentro de un mismo pellejo. Una vez logrado, súmale al morbo de tener tu polla encerrada con la otra, frotándose ambas con ambas en su punta, el placer de un buen pajote entre ambas pollas, intentando que no cambien de postura y se mantengan como un único cipote. Placer asegurado. Y si en vez de con dos es entre tres tíos, pues sumamos más y más morbo y calentura... Podemos alternarnos a la hora de "acoplar", o incluso intentar un "acoplamiento" directo entre los tres. Sin lugar a dudas, todos los que lo practican a continuación disfrutan sin parar. Espero que vosotros, viéndoles, disfrutéis también. ; ) 

Jugando con el pellejo en compañía

Ya hemos visto que jugar con el prepucio es un aliciente a la paja común para aquéllos chicos que están por circuncidar. Pero ya se sabe que jugar en compañía siempre es mejor y da más juego que hacerlo en solitario, ¿no creéis? Si al magreo en pareja se le suma el hecho de disponer de uno, o incluso dos prepucios, un buen rato de diversión está más que asegurado. Se puede comenzar en caso de que sólo uno de ellos conserve el capuchón, estirando, toqueteando y saboreando el producto por parte del circuncidado. Pero si el capuchón está por ambos lados, además de acometer lo anterior a dos bandas, podemos intentar que los prepucios se besen, para terminar, con tanto roce, practicando mucho más... Tanta es la calentura que se puede alcanzar, que no está de más soliviantar el calor que alcance alguna de las vergas, echándole un buen chorro de leche dentro del capuchón. Y ya se sabe que donde pueden jugar dos, siempre cabe alguien más, ¡y vuelta a comenzar con los juegos! ; P