Y después de un buen entrenamiento, nada mejor que descansar y relajarse en los vestuarios. Eso es lo que van a hacer estos futbolistas que dejan el campo para irse a las duchas. Y si en los entrenamientos se fomenta el compañerismo y la complicidad masculina entre colegas de juego, nada mejor que esa complicidad continúe tras dejar el campo y ser también compañeros en las duchas, donde el hermanamiento permitirá olvidar todo pudor y meterse en las duchas en grupo, sin vergüenza y totalmente desnudos.
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